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Discurso

Declaración al cierre de la Visita Oficial del Presidente de los Estados Unidos de Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador

Hoy no tenemos fronteras, somos un mismo pueblo con problemas similares, una diversidad intensa y una enorme capacidad de construir belleza: presidente Gustavo Petro Urrego

Foto: Juan Diego Cano - Presidencia

Declaración del Presidente Gustavo Petro Urrego y su homólogo de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador

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Cali, septiembre 9 de 2023

Presidente, compañero, Andrés Manuel López Obrador, Ministros y medios de comunicación aquí presentes.

Hablé un poco bastante hace unos minutos y, de ahí, salen las intenciones de estas reuniones que hemos convenido en nuestra visita a México: y es tratar, -eso no es fácil-, de construir una posición diferenciada común de América Latina en torno a dos grandes problemas contemporáneos que, precisamente, no estaban presentes en tiempos de Rafael Uribe Uribe, Maceo (Antonio Maceo) y Garza (Catarino Erasmo Garza), que es el tema de las drogas, la política antidrogas, que hace a América Latina víctima, con un millón de muertos, y el tema de la inmigración, que tendrá otro espacio de discusión.

Colombia parecía no estar muy en el escenario de las grandes migraciones mundiales, de los éxodos, que como el Papa Francisco dice, trae nuevas esclavitudes, y lo hemos probado ahora de una manera casi que protagónica. 

Colombia se ha convertido en un centro de recepción masivo de migrantes que quieren ver el país como país de paso, no quedarse aquí. Que arranca con una mala política, —igual que este tema de las drogas—, se ha convertido en una mala política que no deja sino sangre y muertos y destrucción democrática a su paso, en vez de concentrar el esfuerzo en reducir la demanda, el consumo, etc. 

En el caso de la migración fue el bloqueo económico lo que empezó a lanzar una serie de oleadas poblacionales de éxodos, primero de Venezuela hacia Colombia. Más que bien —y hay que decirle a Duque que se le felicita—, no provocó una política xenofóbica, teníamos ya una fuerte relación, millones de colombianos habían pasado a Venezuela en tiempos diferentes, y eso se volvió un boomerang, un flujo que se repartió por toda América.

Inició, como una especie de imitación, otro flujo de otros pueblos, ecuatorianos, colombianos, haitianos, afganos, chinos, de muchas partes de Asia partiendo de Colombia, por el tapón del Darién, una selva inhóspita. 

Comenzó por centenares, ahora son miles al día, tres mil más pasan al día con niños, con niñas, mujeres. Se vuelven seis mil al llegar a México y siete mil al llegar, cada día, a la frontera con los Estados Unidos y, entonces, tenemos un problema americano.

Bloqu​​eo económico incentiva migración

El problema inició con un bloqueo, relativamente, en un corto plazo, porque los problemas se van a agudizar si sigue la crisis climática. Se podría resolver, si se quita el bloqueo. Creo que esto es lo que se llaman las políticas desacertadas, los boomerangs, se piensa con una intención y termina pegándole la cabeza al que lanzó la política.

Y no está bien que ya tengamos, para este año, medio millón de personas pasando por el Tapón del Darién en manos del destino de la naturaleza y sobre todo de las mafias.

El año entrante pueden ser un millón y después dos millones y allá pueden ser cuatro millones. Se ha iniciado un éxodo del sur al norte que tiene que ver con muchas causas, entre otras, la desigualdad, la pobreza, pero también, por políticas que están mal hechas, mal construidas, torpes. Como la de bloquear, económicamente, una sociedad pensando que se cae un régimen y lo que se cae es el pueblo, lo que se cae es la sociedad misma.

Usted nos ha traído una parte de la historia. Cuando fui a México hablé del General Melo, que es el único presidente indígena que ha tenido Colombia y el único que no está enterrado en Colombia. —Quién sabe dónde me enterrarán a mí—, está allá en Chiapas, después del periplo que marca el alma latinoamericana.

Creo que es mirando esas vidas de antes como recuperamos, en cierta forma, algo que se nos ha perdido, porque ese indígena de Coyaima fue general de la República. ¿Cómo un indígena llegó a ser general de la república en Colombia? 

Hoy nos sorprendería. Porque era general del Ejército Libertador. Y el Ejército Libertador solo pudo ser ejército y vencer a los españoles, porque tenía indígenas, negros, mestizos, gente del pueblo, era un Ejército popular de liberación. Y ese ejército libertador, obviamente, no le gustaba a quienes querían y tenían una visión de élite y de exclusión en la sociedad colombiana.

Los dueños de los esclavos que gobernaron a Colombia hasta 1850 y sus descendientes todavía quieren seguir gobernando Colombia. Y ese general, entonces, pudo ser general por ser indígena. Era teniente en los tiempos de Bolívar y peleó al lado de Bolívar en las principales batallas. Y a la muerte de Bolívar fue a defender las ideas de Bolívar peleando en Venezuela contra Páez para restablecer la gran Colombia. Y retado volvió a Colombia y los obreros de Bogotá lo volvieron presidente en una insurrección. Y duró ocho meses, porque los dueños de los esclavos organizaron ejércitos en Popayán, al sur. Y en Antioquia rodearon a Bogotá y destruyeron el Ejército Libertador. Y se acabó el ejército libertador. Murió. Y el general se fue a Nicaragua y peleó contra un pirata que se quería tomar Nicaragua y al Salvador. Y después a Chiaps a defender a Benito Juárez bajo sus ideas de construir una profunda democracia y allá lo fusilaron y allá está enterrado. 

Ustedes me regalaron los documentos que aquí, prácticamente, no existen. La carta de la hija pidiendo que su cadáver retornara a Colombia. Y nadie de Colombia volvió a pelear por su cuerpo. Por su historia. No les gusta esa historia, un indígena presidente. 

No les gusta que la vicepresidente sea negra. No les gusta que el presidente haya sido insurgente. No les gusta que el pueblo gobierne, eso es todo. No les gusta la democracia. Y estas son luchas por la democracia. Olvidadas, pero que hay que recuperar. 

Porque recuperar la historia es recuperar también el presente y el futuro. Por eso este evento que yo no conocía y que usted me enseñó, también tiene una enorme enseñanza en la historia latinoamericana. 

Es que no nos creíamos de un país y extranjeros de los otros. Nos creíamos el mismo pueblo. Por eso Melo iba a Venezuela a pelear, y por eso iba a Honduras, y por eso iba a Nicaragua, y por eso muere en México. 

Y por eso Bolívar nace en Caracas, pero muere en Santa Marta. Y por eso el Che nace en Argentina, pero muere en Bolivia después de hacer una revolución. Y por eso nosotros somos así, y hay que recuperar ese espíritu. 

Por eso se reunían a la luz de las velas. En esa aldea que debió ser en ese entonces Bocas del Toro (Panamá), República de Colombia, que hoy no es de Colombia, porque parte de esa historia tiene que ver con eso. 

Se reúnen estas tres personas de película. Caterino Garza, que es el mexicano que ha luchado al interior de los Estados Unidos tratando de recuperar el territorio de México, que ahora se llama Texas. Antonio Maceo, que lucha por la independencia de Cuba. 

Y Rafael Uribe Uribe, nuestro general de las mil batallas, que muere asesinado en 1914 a hachazos, frente al Congreso de Colombia. Era el único senador liberal en medio de un Congreso conservador. Había hecho un acuerdo de paz, todo esto es importante. Había hecho un acuerdo de paz con los conservadores, después de la guerra de los mil días.

Esa guerra le permitió a los Estados Unidos quitarnos Panamá, por eso Bocas del Toro ya no es de Colombia. Estaban reunidos los revolucionarios liberales queriendo profundizar la democracia en toda América, en un pueblo de Colombia, a la luz de las velas, la insurgencia. 

Él hizo la paz, tantas veces intentado en Colombia, un proceso de paz y se acabó la guerra en los mil días, que quizás es una de las peores que hemos tenido. Nosotros vivimos en guerra perpetua. 

Después de hacer la paz, dando sus discursos en el Senado, sale un día y a los pocos metros de la salida del Congreso de la República, con hachas lo matan dos personas, al parecer, contratadas en ese momento por el jefe de la policía y la curia. 

¿Cuál es el pecado de Rafael Uribe Uribe en ese momento para recibir la pena de muerte? Pelear por la educación pública. Rafael Uribe Uribe quería un sistema de educación pública en toda la República de Colombia y esa fue la causa por la que lo mataron. 

Y ahora, si uno mira un debate local de los tantos que hay aquí en Colombia, precisamente, alguien está proponiendo acabar con la educación pública a partir de que el presupuesto público se entregue en bonos para que los niños y las niñas estudien en colegios privados. 

Lo cual, de entrada, dado que el colegio privado es más caro y tiene utilidad, acortaría completamente la cobertura de quienes podrían estudiar. Es un ataque a un principio democrático fundamental: la educación pública que este gobierno lo que piensa es fortalecer, no acabar. 

A Rafael Uribe Uribe lo mataron por querer que en Colombia existiera una fuerte educación pública y ese era el pensamiento de esas personas. 

Yo creo que, a la larga ahora, porque esto es 1895, un siglo atrás, había otros jovencitos a la luz de las velas conspirando para hacer una revolución en nuestras tierras. 

Los Nariño, los Camilos Torres, los Carbonell, los Mirandas, los Sucre, todos muchachitos y muchachitas como Manuelita Sáenz y La Pola. Un siglo después, estamos otra vez, y ahora somos nosotros. 

Y ese nosotros y nosotras tiene que volver a este espíritu, y es que no tenemos en realidad fronteras, que somos un mismo pueblo con similares problemas en una diversidad intensa y con una enorme capacidad de construir belleza.  

Usted me decía: los españoles trajeron la codicia del oro. Los indígenas no la tenían. No había codicia por el oro en estas tierras. Fue de allá que vino ese contravalor y por eso tantos muertos. 

Ahora hay otros valores que hay que volver a restablecer en nuestras sociedades, la libertad real, no la libertad de mentiras. 

La libertad integra​l del ser humano, la democracia profunda 

La democracia profunda es que vuelvan a haber presidentes indígenas y mujeres y negros y negras y toda nuestra diversidad en el poder porque no podemos dividirnos entre unos tonos de piel y otros tonos de piel. Eso es propio de Hitler, un criminal. 

Y la paz por darle al mundo porque somos creadores de belleza. 

Ahí está Gabriel García Márquez, usted lo menciona. Ese boom latinoamericano que yo leí de joven, de escritores y escritoras poderosas, de todos nuestros países entre los cuales estuvo Gabriel García Márquez, que nos enseñó a nuestra generación porque nacimos a partir de su literatura hermosa, de la magia de enseñarnos qué es Latinoamérica. 

Ahora, yo trato de mirar las emanaciones artísticas de nuestra juventud latinoamericana y encuentro el mismo boom bajo otros formatos y de manera invencible. No salen en las emisoras, en las redes se encuentran poetas del rap. 

Me he puesto a estudiar esos temas, a Molotov, y a tantas expresiones modernas un poco ajenas a nosotros, pero absolutamente poéticas y tan intensas como fue la escritura del boom latinoamericano. 

Un muchacho que mataron llamado Cancerbero, venezolano, que cuando uno empieza a conocer es un “poeta maldito”. Empieza uno a descifrar los versos y encuentra la misma alma latinoamericana del boom de García Márquez, de los poetas de Pablo Neruda, al cual mañana vamos a encontrar. 

Entonces, bienvenido y nos vemos en Santiago (de Chile) mañana.

(Fin/mgg/gbf/gop)