Albania, La Guajira, 30 de junio de 2023.
Agradezco a todas las comunidades indígenas, afros, campesinas, que nos han acompañado el día de hoy. A la Gobernadora de La Guajira (Diala Wilches), que estuvo aquí presente escuchando; Alcalde del municipio de Albania, Néstor Alfonso Sáenz, y su familia; a la autoridad wayuu territorial, Aura Avidalina Robles Gutiérrez, a sus hijos; a los miembros del Gobierno Nacional, a los medios de comunicación que aquí nos acompañan.
La historia de El Cerrejón pues, incluso, para mí arranca en mi universidad cuando estaba estudiando, y escuché la conferencia de Luis Carlos Galán, joven él también, que le anunciaba al país en ese momento, lo inconveniente era haber hecho la concesión que, en aquel entonces, creo que era el gobierno de (Julio César) Turbay, se estaba determinando, y pues Galán no fue escuchado.
De ahí se creó una empresa pública que fue privatizada, el dato que tengo es que se vendió la empresa pública, que explotaba el carbón en esta región por 1.500 millones de dólares.
En 2 años esa utilidad sale, es decir, que el país vendió la empresa de Cerrejón por lo que equivale a 2 años de utilidad, en estos 40 años que han sido permanentemente utilidad. Es decir, nos estafaron y alguien se robó una plata.
Las consecuencias actuales ya del Cerrejón pues se cruzan no solo con unas problemáticas locales, sino por una problemática global.
Cuando Galán hacía sus debates parlamentarios sobre la inconveniencia de entregar esta licencia, no existía un término que hoy es fundamental para entender el problema: la crisis climática.
Cada vagoncito de esos que saca el carbón y se vende, y se quema en algún lugar del mundo, básicamente en Turquía, y ahora en Alemania, también, al volverse gases en la atmósfera, produce la crisis climática, el calentamiento global y puede matar toda la vida en el planeta.
De hecho, la ciencia ha dicho que si sacásemos todo el carbón que hay debajo de este suelo y se quemase se acaba la humanidad. El planeta no volvería a ser lo que nosotros hemos visto, luego aquí hay un problema, incluso, de seguridad humana, que los propietarios del Cerrejón deberían discutir.
Porque los propietarios del Cerrejón son miles de ciudadanos suizos, y es en Suiza en donde parte de este debate debería darse.
Y ustedes deberían organizarse, autónomamente, para que el Gobierno Nacional les ayudase a hacer una actividad en Suiza, hablando cantón por cantón en los medios de comunicación, la embajada colombiana se pondría en ese empeño. Hay que decirle al Canciller, nuestra embajada ante de derechos humanos, ante las Naciones Unidas que está en Ginebra, y en general la institucionalidad del Gobierno para que, hasta el último ciudadano suizo, si es necesario pagar canales de televisión, programación, un documental, etcétera, pues lo hacemos.
Porque yo estoy absolutamente convencido, por la conciencia que hoy existe en buena parte de la ciudadanía europea, que no le permitiría a una empresa que es de su propiedad hacer las cosas que se han realizado, se vienen realizando, se están planificando hacer en este territorio.
Esa es una primera actividad que me parece fundamental, porque, así como se ha globalizado las ganancias del capital, así también tienen que globalizarse las luchas sociales.
Las luchas sociales no solamente son de un punto en el terreno, las luchas sociales también pueden ser de la humanidad, y hay que hacer que, de la defensa del territorio, del agua y de la defensa de las comunidades, de los pueblos ancestrales que existen aún aquí, se haga una bandera política y de lucha social de la humanidad.
Entonces, ese trabajo es el que quiero que el Gobierno encare, el Canciller y las Ministras de Ambiente y de Minas; que lo podamos llevar hasta la misma República Suiza, donde tenemos muchísimos amigos y amigas, para construir una red solidaria. Con eso ayudamos a que se tomen decisiones pertinentes, pero este es el Gobierno de Colombia, y debemos tomar las decisiones del gobierno colombiano; gobierno soberano de la nación.
Una nación soberana no le tiene miedo a demandas internacionales, cuando sabe que realiza lo justo, es más, me parece que sería una bonita oportunidad mover tribunales internacionales para discutir la pertinencia de una explotación como la del carbón ocasiona los daños que ahora está ocasionando.
Porque la humanidad ya se propuso una meta para poder vivir en el planeta, y es terminar con el consumo del carbón, es decir, la vida del carbón tiene ya tiempos y un final como producto usado por la humanidad desde hace varios siglos.
La demanda de carbón se va a desplomar
El carbón va a terminar en las economías de las sociedades humanas, los años que se han propuesto, incluso, son inferiores a los que dura la concesión del Cerrejón actual, 2034.
Para el 2034 la demanda de carbón del mundo se habrá desplomado completamente ni Turquía, y en primerísimo lugar Alemania van a utilizar el carbón colombiano, ni lo hará China ni lo hará los Estados Unidos ni lo harán las grandes fábricas mundiales, y no lo necesitamos en Colombia porque aquí tenemos abundancia de energía energías limpias, por tanto, aquí hay una frase, me he hecho varios interrogantes, porque no conocía mucho el tema.
Resulta que se acaba de aprobar una Ley por el Congreso de la Republica, que debe estar para mi sanción, todavía no es ley. Debimos haberla traído. Deberíamos pedirla, porque todavía nos vamos a quedar unos días en La Guajira, entonces tenemos tiempo para la firma de la Ley que se llama De los Planes de Cierre Preliminares.
Allí, quienes idearon el proyecto y lo defendieron, que fue la senadora Angélica Lozano y la senadora Isabel Cristina Zuleta, y lograron pues la mayoría del Congreso para que fuera aprobada. Han propuesto unos criterios legales para que este tipo de minas y de proyectos presenten el plan de cierre.
Aquí ya no tenemos que hablar de la ampliación, creo que ese término deberíamos olvidarlo y debe ser olvidado, incluso, desde el punto de vista empresarial pensar hoy en una ampliación de explotación de carbón, realmente, sería un suicidio con los accionistas de la empresa.
Al menos que quieran sacarnos el dinero a partir de demandas jurídicas, una vez algún presidente vendido les firme una concesión, entonces se gane un pleito jurídico que perdería la nación.
Pero hoy nadie que esté metido en el negocio del carbón en el mundo planea ampliar el negocio. Eso no es cierto. Lo que empieza a discutirse es cómo se cierra el negocio del carbón. De hecho, la Agencia de Energía Internacional, que es una entidad experta en estos temas y consultada, mirando las cifras de petróleo en el 2013, que fue el año en el que más exportamos nosotros petróleo y carbón, y casi que recogimos 32.0000 millones de dólares de exportaciones de petróleo a muy alto precio, y 8.000 millones de dólares de exportaciones de carbón a muy alto precio.
De café solo exportamos el máximo alguna vez 6.000 millones de dólares al año. Imagínense la cantidad de dinero que entró al país en esos tiempos. Por eso el dólar se volvió 1.600 pesos por dólar. Y parte de nuestra sociedad relativamente pudiente se fue de compras a Miami (Estados Unidos), porque todo le parecía barato, y entonces crecieron nuestras importaciones de manera abultadísima. Una paradoja, cuando más dinero teníamos, más ruina se trajo a la industria y a la agricultura colombiana, por volver esos dólares importación, muchas veces de chucherías.
Ese mundo no va a volver. Por eso, la Agencia Internacional de Energía nos trajo un comparativo entre el 2013 y el 2023, este año, mirando realmente, el 2022, 10 años. Qué pasó con la inversión en petróleo y las energías limpias. La inversión de petróleo en el mundo se ha desplomado a la mitad. Y las energías limpias, que en el 2013 eran una décima parte de lo que se invertía en petróleo, se han triplicado.
Más inversión en energías limpias
Hoy, en todo el mundo, hay más inversión por energías limpias que en petróleo. Claro, cuando yo digo esto en Bogotá y lo pongo en mis palabras entonces dicen que Petro está loco, nos va a llevar a un suicidio económico. Es lo que dicen los mal llamados expertos, que viven del petróleo, entonces no le dicen a la sociedad que el sueldito lo sacan de ahí. Están preocupados que un Presidente diga que ese mundo se va a acabar. Pero ese mundo se va a acabar.
Si en 10 años se desplomó a la mitad la inversión internacional de petróleo en todo el mundo, pues qué va a pasar en 10 años. Es una proyección en la que vamos a estar vivos, no vamos a estar tan viejos en 10 años. Nuestros hijos estarán jóvenes, los que tenemos menores de edad. Quizás aparecerán los nietos, pero no es una gran distancia.
Ojalá gobierne el progresismo en Colombia, dentro de 10 años. Sería un buen propósito, una buena idea. Pero en 10 años, y esa es la tendencia de inversión del petróleo, en 10 años van a vender las acciones de las empresas petroleras a huevo. Mejor dicho, la comunidad del tabaco se los va a poder comprar. Obviamente, el capital se va a escapar de ahí. No se va a quedar ahí.
Serán empresas cascarón y el capital subirá buscando ganancias en donde es rentable, por eso va a fluir a las empresas de energías limpias. Eso es lo que intentamos hacer con Ecopetrol, tratando de salvar a Ecopetrol, para que se convierta en la principal generadora de energías limpias de América Latina.
Ahora, si esta es la realidad, plantear una expansión del Cerrejón es un absurdo económico. Y si esto lo están planteando en el territorio, el Gobierno Nacional de una vez les va a decir que no.
Ah, que me van a fregar, que me van a sacar, pues que lo intenten. La posición del Gobierno Nacional es que no podrá haber expansión de explotación de carbón a cielo abierto, porque eso ya no tiene ningún sentido económico. A menos que queramos irnos a pleitos jurídicos y si nos lo van a plantear poprque decimos que no, pues nos vamos a pleitos jurídicos con los mejores abogados del mundo en esta materia y con la humanidad apoyándonos.
Ahora bien, es que el plan de cierre y a eso me voy a referir, y hay que estudiar la ley, la ley que vamos a firmar porque esa ya la aprobó el Congreso. Debió ser discutida más públicamente. La verdad sea dicha, no sé qué le pasó al Gobierno en esta materia, y a las congresistas, porque si eran las autoras, pues una ley tiene que tener el máximo de discusión pública posible.
Esta ley, que discutiremos con ustedes, debe establecer una serie de criterios. Aquí se mencionaron algunos. ¿Qué va a pasar con los trabajadores? Ya estamos viendo el caso Prodecor en el Cesar y aquí hay unos casos de despidos masivos que la Ministra de Trabajo tiene que investigar; están en proceso de investigación, que lo que va indicando es la realidad económica, es decir, la salida del negocio.
Pero la salida del negocio no puede ser que nos dejan el hueco y se fueron y no pudimos encontrarlos, porque vendieron y vendieron y vendieron y ya no se sabe quién es el propietario.
No puede ser eso. Por eso la ley de cierre preliminar debe presentar un plan, un plan de la empresa, me imagino en primer lugar que hay que leer, hay que estudiar, hay que debatir con todos ustedes, igual que debería debatirse cómo inició; no sé bien esa historia en La Guajira hace 40 años.
Sí vi una novela toda romanticona en donde siempre pasa lo que pasa en las telenovelas: entonces el ejecutivo rico enamoró a la wayuu y vivieron felices para toda la vida y resolvieron la pobreza y consiguió el sí para que se iniciara la
explotación del carbón -bonito negocio ese-.
Pero el cierre también tiene que ser discutido con las comunidades. Ese cierre tiene que ver con la reconversión laboral y yo he propuesto desde varias campañas a Sintracarbón (Sindicato de Trabajadores de la Industria del Carbón) que se discute incluso en los pliegos de negociación.
Comunidades energéticas
Porque al final no es cuántos salarios vamos a tener en el futuro; está mal planteado, porque si ellos se van a ir -como se van a ir- es ¿qué van a hacer los trabajadores una vez se acabe esa actividad?, ¿cómo sustentan su vida económicamente? Y, obviamente, que hay opción -la que yo propuse, pero eso es para discutirlo con el mismo colectivo de trabajadores de toda la industria carbonera del Cesar y de La Guajira. Es cómo de los recursos de la empresa, que es concesión del Estado, se financian.
Fue mi propuesta: comunidades energéticas de propiedad de los trabajadores, para que se vuelvan generadores de energía eléctrica limpia y acabamos de firmar el decreto ayer. Constituyéndolo.
Soy de la tesis de que no se necesitaba el decreto, porque ya la Constitución habla que los servicios públicos en Colombia deben ser prestados, tanto por el Estado como por la empresa privada, como por las comunidades. Y eso es para la energía eléctrica, eso es para el agua, eso es para todo servicio público que existe en Colombia.
Por tanto, las comunidades energéticas son un camino de reconversión laboral que propongo para la discusión de la base trabajadora de toda la industria minera de carbón exportable. Porque otro es el problema allá en el centro del país donde la reconversión debe ser diferente.
La reconversión tiene que ver con el territorio y aquí les he pedido a las ministras de Minas y de Ambiente que miren las experiencias internacionales al respecto. Es que no somos nosotros los que nos estamos inventado los planes preliminares de cierre de la actividad carbonera, sino que esto ya se ha andado.
Se ha andado en Polonia, se ha andado en Alemania, en la cuenca del Rin y del Ruhr, se ha andado en Bélgica -donde yo viví-, se ha andado en Inglaterra, y se ha andado en la Alsacia francesa y en la Asturias española, y seguro que en Asia hay ejemplos, etcétera.
Si esas experiencias existen, cómo un territorio que antes estaba prácticamente vinculado al carbón y después se vuelve turístico, hermoso, de empresas limpias, de tecnologías de vanguardia, de producción de software, etcétera, cómo no podemos reconvertir nuestros territorios hoy ligados al carbón en La Guajira y en el Cesar.
Aun con esa ayuda internacional que no es de dinero -aunque podría ser- sino que es sobre todo de la experiencia vivida, de los errores cometidos, de los aciertos para no cometer los errores en Colombia, es que ya deberíamos estar intentando y la primera zona de reconversión territorial debería ser la zona Prodeco en el Cesar; El Paso se llama el municipio, es una zona más amplia que el municipio, debería ser el primer ejemplo que este Gobierno le muestre a Colombia cómo el camino a seguir para las demás zonas carboneras, que paulatinamente se van cerrando, por la realidad del mundo, no es porque lo ordenó Petro —ojo medios de comunicación, no es que Petro ordenó el fin del carbón—. Es porque la humanidad decretó el fin del carbón. Nosotros simplemente le estamos haciendo caso a la humanidad.
La reconversión del territorio, entonces, tiene que ver con varios problemas: tiene que ver con esos huecos, ¿qué va a pasar con los huecos? Bueno, ese es un punto, ¿qué va a pasar con los huecos?
Tiene que ver con la recuperación de los afluentes y, entre eso, el hoy famoso arroyo Bruno, digamos, la empresa ha desplazado el arroyo Bruno de manera artificial más allá de su tajo, que llaman, pues para que el tajo continúe detrás, se acabe el cauce original del arroyo Bruno.
Para sacar más carbón, para hacer más ganancia. No es otro el objetivo. El arroyo Bruno, por las condiciones de la región, en condiciones artificiales se seca. Entonces si no, sería fácil hacer acá un arroyo y ya uno dice: ‘Mire cómo llevamos agua a La Guajira’ y resulta que no es tan fácil: el arroyo se seca y se acabó el agua.
Y, entonces, el plan preliminar tiene que ver, empezando porque el arroyo Bruno no debe ser desplazado, pero esto es un tema de pelea. La sentencia de la Corte metió al Cerrejón en las decisiones y obviamente las decisiones del Cerrejón no son las mismas mías y no deberían estar en el mismo pie de igualdad las decisiones del Gobierno de una nación soberana, sobre las decisiones de una empresa privada, sino que las decisiones de la nación soberana deberían primar. Bueno, temas de discusión.
Entonces, el arroyo Bruno no debe ser desplazado. Esta debe ser la primera decisión, ojalá, por concertación con la empresa del Cerrejón. Yo he hablado con el señor directivo, no sé si será el mismo ahora, el CEO que llaman, el CEO de Glencore. Y lo vi en una actitud, hay que ver, favorable, pero en Suiza. Hay que ver aquí. Pero yo lo invitaría a hacer una demostración al mundo, porque estos son mensajes al mundo, no solo de aquí entre nosotros. Una demostración al mundo de que se puede hacer una transición concertada y bien lograda.
Ojalá, digamos, eso no lo puedo yo predecir aquí, nunca me he cerrado al diálogo, no, siempre en la firmeza de lo que proponemos, porque no se trata de arrodillarnos, siempre damos una primera oportunidad al diálogo. Y siempre damos una primera oportunidad al argumento que existe. Y vemos los caminos que sean los más eficaces para lograr una transición.
Yo no creo, espero, que Suiza vaya a permitir que una de sus empresas simplemente se escape y deje un problema latente como el que podría ocasionar aquí en una herida que nunca se curaría ni en generaciones, porque esto no es de nosotros solos, esto sigue.
Esas cicatrices no se borran así como así. La naturaleza lo hará algún día, pero. vaya a saber si la especie humana está en ese momento.
Entonces, yo creo que este tema del plan de cierre preliminar es el eje central que nos permite una concertación en diálogo permanente con ustedes. O sea, no vamos a hacer nada a espaldas de ustedes.
La autoridad legítima, etcétera, todos estos temas, la diversidad misma que hay aquí, no solo los indígenas del plan, sino los indígenas de La Sierra, las comunidades mestizas, campesinas, afro.
Se viene presentando una conflictividad creciente entre pueblos afro y pueblos indígenas, que no debe ser. Al final, somos todos, porque yo creo que tengo las dos sangres, también, excluidos. Café con leche, somos la mayoría. Café con leche.
Pero, entonces, esa mesa tiene que instalarse, la vamos a atender, miren la posibilidad de que las comunidades indígenas desplazadas las podamos constituir con funciones de entidades territoriales, o sea, esta frase de: ni nos reconocen en Maicao ni nos reconocen en Albania pues se sustituye, porque nos reconocemos a nosotros mismos. ¿Cierto? Porque el artículo 56 transitorio de la Constitución Nacional lo permite, que todavía está vigente, hasta que la Ley de Ordenamiento Territorial no se expida y no se ha expedido, el Gobierno Nacional puede otorgar funciones de entidad territorial a comunidades indígenas. Entonces, eso yo creo que se puede aplicar.
El problema es que los afro, en ese momento, no lucharon tanto como los indígenas, pero no tenemos un artículo transitorio del mismo calado, ya no nos lo podemos inventar. Pero indudablemente sí tenemos este sobre comunidades indígenas y hay que mirar el tema de comunidades afro en La Guajira como nos propuso aquí una compañera.
Pues les repito ahora lo que dije ayer, José Prudencio Padilla era hijo de negro, hijo de wayuu, madre, es decir, de clan wayuu, ¿cierto?
Negro y wayuu. Y es el que garantizó la independencia de Colombia y no era rico, obviamente, ni era criollo, no se le puede decir criollo. Era ancestral e hijo de esclavos. Desde el inicio de la República muestra una Guajira que tiene comunidades afro y comunidades wayuu y que tienen que convivir, porque ya lo que hay aquí ya son los nietos, los bisnietos, etcétera, y ya quien dice que no es de La Guajira.
Entonces, esa realidad de diversidad tiene también que ser reconocida en La Guajira. Por tanto, la presencia de la comunidad afro en territorio guajiro tiene que ser estudiada por el Gobierno. Es invisible, lo dijo la compañera, y debe tener una realidad política.
Ahora, la realidad política depende de la unidad y la organización de los pueblos. Si no hay unidad y no hay organización, pasan como una aplanadora. Y pasan las cosas que pasan. Por ejemplo, hace 40 años aquí.
Ya después, ¿ya qué? Ya toca ver es cómo se mitigan los daños, no, cómo no se produjeron los daños.
Entonces, estas son las tareas, aquí empieza una segunda fase de nuestro trabajo en La Guajira, que es el más difícil. Hasta ahora, el del Norte y el del Medio es más fácil, entre comillas. Este es el más difícil, porque en el Norte nos enfrentamos con las escaseces, con la pobreza. Aquí nos enfrentamos con la riqueza, con el capital.
Cuando uno se enfrenta con el capital, hasta al Congreso le da miedo aprobar las leyes. Y los jefes de los partidos se juntan para decir que van a detener a Petro. Pero lo que está funcionando es la billetera. Porque la política en Colombia se ha arrodillado al billete, sea el ilegal, sea el legal. Y Ahora tiene que ver si la política de Colombia le responde al pueblo, que es el cambio que nosotros proponemos.
Gracias, muy amable por haberme escuchado.
(Fin/epr/mha/jdm/zi/)