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Discurso

Palabras del presidente Gustavo Petro en su visita a la Red Comunitaria de Internet ‘La Red del Viento’

Foto: Cristian Garavito - Presidencia

Presidente Gustavo Petro, en su visita a la red comunitaria de internet ‘La Red del Viento’

​Caldono (Cauca), 22 de febrero de 2023

Señor gobernador del departamento del Cauca, Elías Larraondo; gobernador del resguardo de Pueblo Nuevo, Alexander Chocué; alcalde del municipio de Caldono, José Vicente Otero; y, en general todos los funcionarios, senadores, indígenas que están aquí presentes, comunidad, medios de comunicación:

Ya habíamos -no hace mucho-, estado aquí. Estuvimos como candidato ¿cierto? Esta es la primera vez que vengo como Presidente de la República, aquí a Caldono. Entonces, creo que es importante devolver una visita en donde el movimiento indígena en aquel entonces decidió su apoyo total a mi candidatura.

Que ahora hay que ver en qué se traduce -como dicen en los discursos los dirigentes- en una tierra que indudablemente nos ha visto pasar muchas veces, alguna vez para hacer la guerra y otra vez para hacer la paz. Y que ahora nos ve pasar para hacer la democracia.

¿En qué consiste eso de la democracia? Sería una buena pregunta para la sociedad colombiana. Consiste, simplemente, en tener unos partidos políticos; consiste, simplemente, en tener un Congreso de la República donde se hacen las leyes por voto; consiste, simplemente, en tener cada cuatro años unas elecciones, unas locales, otras nacionales; y, además de todo eso, consiste en que la gente pueda todos los días dirigir su propio destino, su propio territorio. Participar en las decisiones fundamentales, no sólo en las pequeñas decisiones marginales. Que la gente pueda ser la propietaria, la dueña del país y, en ese camino, la gente tiene una diversidad, indudablemente.

Hay una gente que es caribeña. Hay una gente que es cachaca. Hay una gente que es santandereana. Hay una gente que proviene de etnias diferentes y de una mezcla de las etnias dentro de sí, una cultura diversa. Hay etnias que son indígenas ancestrales, que estaban aquí desde antes que cualquiera pudiera venir de las Europas. Hay una diversidad del pueblo a la cual hay que respetar y esa es parte de la Democracia.

El Cauca viene creciendo. No en términos de paz, lamentablemente, sino en términos de conflictos interétnicos. De alguna manera, en algún momento podremos hablar más a profundidad de estos temas.

La Democracia tiene que ver con la Paz. Como aquí bien se ha dicho, una comunidad en medio de la violencia no puede ser dueña de sí misma y no puede ser codueña del país. La Paz es lo que nos permite la Democracia y por eso tiene tantos enemigos. Y tan poderosos.

La Democracia entonces es que ustedes sean Gobierno, como bien dijo la Consejera. Ser Gobierno. Ser Gobierno de la propia tierra, del propio territorio, poder fortalecer la cultura… Y en ese camino vinimos aquí a mostrarle al país un esfuerzo hecho por ustedes mismos, que yo he querido recoger en el Plan Nacional de Desarrollo para extenderlo a todo el país.

Pronunciado en algún discurso, desató por allá unas iras, como siempre, de gente poderosa. Diciendo que eso que yo hablaba era una locura; que no se podía hacer; o, que eran asuntos del ‘chavismo’, como quien habla de Satanás.

Son las ‘Comunidades de Conectividad’ -las llamé así en el Plan de Desarrollo-, ustedes las llaman ‘Redes de Comunicación Popular’. Al final suenan lo mismo. Mis palabras sirven más para la tecnocracia y ustedes para la comunicación, precisamente del pueblo. Son redes que están en el Siglo XXI. Son las que recogen eso que llaman ahora ‘TICS’, Tecnología, Información y Comunicación, que son vanguardia de las nuevas realidades económicas y tecnológicas pero que se pueden poner al servicio del poder popular, del poder de la gente, del poder de la diversidad, del poder de la cultura, del poder de la Paz, del poder de la Democracia.

Aquí mostramos al país que simplemente es recoger una vieja idea que llamábamos de los ‘parabólicos’, cuando nos ofrecían un servicio de televisión de muchos canales del mundo y en los nuestros, nuestros televisores, solo aparecían dos o tres canales. Esos ‘parabólicos’ tendieron redes de fibra óptica quizás sin saber finamente la importancia que tendrían en el futuro.

No es difícil tender una fibra óptica. Se pueden utilizar los postes de la luz -con cuidado, obviamente-. Se puede ir tendiendo porque al final no es sino un filamento qué hay que proteger, qué hay que cuidar. Se puede extender a través de las vías y llegar a las veredas, llegar a los pueblos, llegar a las grandes ciudades. Y, en las grandes ciudades, se puede extender por los barrios. Eso es lo que hoy se llama ‘Conectividad’.

 

 

Lo que va dentro de esa fibra no es energía eléctrica; es pura información. Es comunicación. Por ahí se pueden hacer llamadas telefónicas, como antaño, pero también por ahí se puede ver televisión; por ahí se puede abrir una ventana al universo y conocer el mundo, el planeta, conocer lo que pasa en cada circunstancia: si lo de la guerra de Ucrania y Rusia es como no los cuenta la prensa, o si las circunstancias que ocurren en Bolivia, en Perú, o en el Ecuador, son como lo dicen en las pantallas oficiales, los noticieros oficiales, del poder.

Por allí puede ir la comunicación popular y por allí puede ir la cultura. En ese filamento puede ir buena parte de lo que significa ‘el Poder’ porque hoy el Poder es la comunicación y quien tenga el poder de la comunicación, tiene el poder real.

Por lo tanto, lo que hemos dicho -ni más ni menos- es que la gente tenga el poder de la comunicación; que no sea ni del Estado ni del más rico, sino que sea de esa inmensa diversidad de la población colombiana.

Pues aquí le venimos a mostrar al país que eso se puede hacer. Es más, que este Gobierno debe impulsar- a través de la contratación pública- el que esas redes se puedan extender a la siguiente vereda y a la siguiente vereda y al siguiente resguardo y al resguardo de otro tipo de cultura… y, así por todos los resguardos del país. Y así, por todas las comunidades afrodescendientes, y así por todos los barrios populares de Colombia y, así, por todos los grupos juveniles y que de esa manera podríamos tener los canales de la comunicación popular, es decir, el Poder, ‘El Poder’.

Esa contratación, habíamos dicho, puede servir para hacer carreteras, claro, acabo de escuchar alguna aquí propuesta, Gobernador: nosotros hemos dejado en el presupuesto billones de pesos para que se contrate con (las asociaciones de) acciones comunales, con las organizaciones populares, con los cabildos, con las comunidades afrodescendientes, la construcción de las vías terciarias.

Que no sea el contratista el que lo haga sino que sea la misma comunidad irradiando el trabajo e irradiando el cuidado de los dineros públicos para que se maximice el bienestar en las zonas donde más se necesitan. Porque las vías terciarias son las vías campesinas, son las vías del indígena, son las vías del negro, son las vías del pobre, en el fondo. Dejadas por ahí, los inviernos arrasándolas una y otra vez cada año, casi no tenían del cuidado del Gobierno, más interesado en las obras del gran capital.

Nosotros queremos que las Vías Terciarias se hagan en Colombia de la mano del mismo pueblo a través de una contratación popular. Habíamos hablado de que también se podrían contratar las energías limpias, como comunidades energéticas; quizás estas nubes que siempre acompañan estas tierras, que conozco bien, no nos ayuden mucho a plantear ese tema en este tipo de territorio pero que sí que se pueden plantear cuando los días mayoritarios del año son del sol.

Es que una comunidad puede generar energía eléctrica limpia, una energía que no cambié la química de la atmosfera en la perspectiva que nos puede extinguir como humanidad, como la ciencia nos ha enseñado a través de la crisis climática.

Claro que el Gobierno puede contratar la constitución de esas comunidades energéticas y fundamentalmente permitir que existan, porque tenemos un oligopolio de seis grandes generadoras de energía, que prácticamente tienen por el cuello -a través del cobro de las tarifas-, a la mayoría de la población colombiana.

¿Por qué no democratizar, entonces, la generación de la energía? ¿No es eso acaso la Democracia? Y ahora que estamos aquí, presentando esta red a la sociedad colombiana, que se llama la ‘Red del Viento’, que es un nombre muy bonito, la Red del Viento se puede multiplicar por diez mil, se puede multiplicar por cincuenta mil, por cien mil puntos diferentes, en toda la geografía nacional.

Por allí puede ir la cultura indígena, indudablemente. Por allí puede ir el cuidado de la lengua. La Red del Viento se fundó entre sus impulsores, impulsoras, básicamente para cuidar la lengua Nasa. Por allí se puede defender, entonces, la cultura y la autonomía: dos consignas básicas del querer de las luchas indígenas desde hace mucho tiempo.


Es más, diría que por allí va una nueva tierra. La tierra ya no es solamente ésta, la física, sobre la que estamos parados, donde se puede cultivar, sino que hay una nueva tierra que ahora llaman ‘Virtual’, que no se puede tocar pero que puede producir más cultivo y cultura que la misma tierra física. Es la que hoy se llama la ‘banda ancha’, el espacio digital, lo que va por la fibra óptica y es, precisamente, lo que utiliza la comunidad indígena a través de la Red del Viento para poder, entonces, cuidar de la tierra, de la autonomía y de la cultura.

Esto quiero, Ministra, que se extienda por todo el país. Tenemos cerca de tres mil -unas más comunitarias que otras-, Comunidades de Conectividad. Hay que multiplicar esa cifra por diez, por cien. Hay que quitar toda regulación que lo impida. Hay que quitar la pobreza con la que se tienden estas redes de fibra óptica para que, con dinero público, se puedan volver redes de fibra óptica fuerte. De tal manera que tengamos diez mil canales de televisión, no solamente dos o tres.

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De tal manera que tengamos veinte mil emisoras comunitarias, no solamente dos cadenas que nos dicen qué es la verdad o qué es la mentira. De tal manera que si nos quieren manipular, sea desde el Estado sea desde el poder económico, la sociedad colombiana tenga la suficiente autonomía para decir que no se deja manipular, que se puede levantar, si quiere; que es la verdadera dueña del país.

Que, a través de esa inmensa red de comunicación de red popular, se puede construir la conciencia de una sociedad digna a la cual ni la persona que más dinero tenga consignada en sus cuentas y más patrimonio pueda acumular en este país-, la pueda -si quiera- manipular, ni la pueda -si quiera- engañar.

Si en los tiempos en que se mataban los liberales y conservadores, por el color de sus camisas, hubiera existido la Red de Comunicación Popular, jamás habríamos tenido trescientos mil muertos. Quizás otros hubieran temblado. Quizás los asesinos de (Jorge Eliecer) Gaitán. Quizás, los que nos enviaban a la muerte y a matarnos entre sí en las guerras fratricidas. Quizás los que en medio de esas guerras se quedaban con las riquezas nacionales, con lo que es el patrimonio común, con la tierra y con la vida, con el agua y con la esperanza. Con estas redes no puede suceder lo mismo: un pueblo informado es un pueblo consciente. Un pueblo comunicado es un pueblo poderoso.

Así que esta actividad de la Red del Viento -señora Ministra-, quiero que se extienda por todo el país. Esto no es comunismo. Esto se llama ‘Democracia’. Democracia es que cualquier persona, hombre o mujer, niño, joven o viejo, indígena o no indígena, mestizo o blanco, negro o negra, pueda ser realmente -todos los días- el verdadero dueño del Poder.

Así que felicito a la Red del Viento; a sus integrantes que me acompañaron en el día de hoy. A quienes me escuchan los invito a configurar en su barrio, en su vereda, en su ciudad, en su resguardo, en su comunidad, las Redes de Comunicación Popular, que nosotros, en nuestro Plan Nacional de Desarrollo llamamos las Comunidades de Conectividad.

Muy amables por haberme escuchado y otra vez estaremos aquí en Pueblo Nuevo, Caldono, Cauca, viendo cómo se evalúa -a través de la mirada indígena- el Gobierno progresista de Colombia, el Gobierno del Cambio.

Muy amables. Gracias.

(Fin/pm/jdg/mag/cs)