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Discurso

Palabras del Presidente Gustavo Petro durante el cierre del año del sector solidario y propuesta de agenda social cooperativa.

“Ustedes, la economía cooperativa y solidaria, son el ejemplo que nosotros queremos desarrollar en toda Colombia”

Foto: Alexa Rochi - Presidencia

Presidente Gustavo Petro durante el Cierre del año del sector solidario y propuesta de agenda social cooperativa

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Ibagué, diciembre 21 de 2023

Aquí en el Tolima, que es un departamento del cual tengo muy buenos y gratos recuerdos, que ayudó en la marca de la construcción de mi vida política, me gustaría recordar, entre otras, que cuando yo fui estudiante de primaria (estudiaba en una escuela pública, la Escuela Anexa a la Normal se llamaba) siempre daban una cátedra de cooperativismo. En los colegios se enseñaba el cooperativismo en teoría y en la práctica, porque nos hacían hacer una cooperativa que con las ventas de comida y cosas se iba fortaleciendo a través del tiempo, hasta que se repartían sus dividendos (que no se llaman dividendos sino excedentes económicos) en el conjunto de sus asociados (que no se llaman accionistas). 

Esas palabras se fueron perdiendo en el tiempo y esa cultura se fue esfumando, básicamente por una decisión política, por una manera de entender las cosas que ha dominado el mundo en los últimos cuarenta años, por lo menos, que lo ha llevado al punto actual (que habría que definir si positivo o negativo, depende como se mire el mundo) y que ha abandonado la palabra solidaridad. Nos ha convertido en seres indolentes, indiferentes ante el otro, ante la otra. Por eso hay un bombardeo sobre bebés, allá donde nació Jesús. Ahora que va a haber Nochebuena, allá mismísimo están bombardeando y matando miles y miles de niños, podríamos decir Niños Jesús, podríamos decir con propiedad Niños Dios... están bombardeando al Niño Dios y nadie se opone desde las esferas del poder mundial. 

Estamos viendo ante nuestros ojos cómo una bomba cae en el pesebre y no sobrevive ni el burro, ni el buey, ni la Virgen ni San José, ni el Niño Dios, y todos andamos en silencio… En el mismo sitio y con la misma sangre. Eso se llama indolencia, indiferencia ante el dolor y eso tiene que ver no con un estado de ánimo de una persona. Tiene que ver con una concepción política, una concepción política que, en mi concepto, en mi opinión (y contra ella he luchado), lleva a la humanidad a su extinción a partir de la codicia, a partir de las bajas pasiones individuales. 

Se nos ha dicho que el ser humano es como una carrera de caballos, que parten y el que llega de primeras es el que gana y todos los demás son derrotados. Si uno pusiera naturalmente a correr los caballos, que corren con las yeguas, no con los caballos, encontraríamos que hasta el más poderoso no se coloca a la cabeza para ganar, sino para guiar a los demás y a las demás. 

La ruptura en la solidaridad humana puede llevarnos a la extinción


Hasta eso hemos perdido nosotros por la ruptura de la solidaridad en el ser humano, es una ruptura que puede llevarnos a la extinción, porque lo que se ha construido es una economía de átomos, una economía en donde nos ponen a competir unos contra otros, una economía en donde solo gana el primero, todos los demás son perdedores. Es que por definición, entonces, es una economía en donde las mayorías perdemos, una economía del poder, de la fuerza bruta, en donde ya no se piensa en el niño pobre, en la mujer abandonada, en el viejo sin pensión, en el trabajador que se queda sin empleo. Ya no se piensa en el territorio excluido, no se piensa en quiénes y cómo viven los descendientes de los esclavos en Colombia o qué pasa con quienes eran realmente los verdaderos propietarios de estas tierras, las comunidades indígenas. 

No nos interesa el pobre. Indolentes creemos y nos creemos el cuento de que una sociedad así, en donde el individuo piensa solo en sí mismo, puede llegar al máximo del bienestar. Esa es la ideología que durante cuarenta años, vía medios de comunicación, vía partidos políticos, vía el Parlamento, vía los grandes caudales electorales, vía la totalidad de los presidentes de la República que me han antecedido han enseñado. A eso se le llama neoliberalismo. No es así la humanidad. Es una manera de pensar y de actuar antihumana, porque la humanidad que existe en este planeta se convirtió en la especie dominante, como lo es, y pudo desarrollar la inteligencia, fue a partir de lo colectivo. Nosotros somos seres sociales, no individuos puros y simples. 

Es porque nacemos incluso en una sociedad solidaria cuando estamos en el vientre de la mujer, allí hay, a través del cordón umbilical y por eso se llama así una solidaridad y una asociación de la madre y el feto. Y cuando nace ese bebé nace una comunidad de lengua, es una colectividad. La lengua no es individual. El lenguaje, el idioma es una construcción colectiva y antiquísima. Viene de las antigüedades. 

La humanidad se ha construido trabajando conjuntamente


La humanidad no ha construido su saber a partir de individuos aislados, como a veces nos contaban en los cuentos, sino trabajando conjuntamente. La humanidad no hubiera podido sobrevivir con su debilidad muscular ante las grandes especies de la naturaleza feroces, si no se hubiera juntado, si no se hubiera asociado para cazar y para defenderse. La humanidad no hubiera podido hacer crecer sus crías para que una generación siguiera, y después otra, y después otra, hasta poblar la tierra, si no hubiera construido el sentimiento de lo común, de cuidar el bebé que queda sin padre, de cuidar la bebé que queda sin madre. Así es que nos hemos constituido como lo que somos hoy en el planeta. 

Es con el esfuerzo común, es con objetivos comunes, es con el trabajo mancomunado que antaño era de pura fuerza muscular y que ahora cada vez más es de pura fuerza Lacerebral. Los grandes saberes de la humanidad, los más complejos, la inteligencia artificial, las matemáticas de última generación, la física de vanguardia no hubiera aparecido en el escenario de las ciencias si no lo hubiéramos construido colectivamente en tres civilizaciones, en toda la historia juntos. 

Por eso hoy hay, en contraposición, dos grandes corrientes de pensamiento humano. Indudablemente, desde hace siglos viene recorriendo esa discusión: una que dice “no pensemos en los demás, solo en sí mismo y de ti mismo, solo piensa en consumir’. A eso le llaman dizque libertad. Claro, en una sociedad de mercado para solo consumir se necesita dinero. Si no tienes no consumes, te mueres de hambre y no tienes libertad. Hemos llegado al principio, entre comillas, de que la libertad solo es para quien tiene. 

Cuando las mayorías de una sociedad como la colombiana no tiene, entonces, no son libres, según ellos. Y la verdad es que no son libres, los miran como si fueran rebaños que van al matadero (decía en mis discursos de campaña electoral) nos han convertido el país en un matadero, mientras individuos se enriquecen y se enriquecen, incluso usurpando y chupando los dineros que son de todos, los dineros comunes, los dineros que juntos hemos construido, el erario, el presupuesto… esa es la corrupción.

Y entonces llegan funcionarios poderosísimos, unos por elección popular, otros porque los nombran y dicen es que yo tengo el derecho de quedarme con este dinero, olvidándose que ese dinero no es de él, que es de lo común, que lo que se trata es de capturar ese dinero y las cosas comunes de la sociedad. “¡Bobo el que no lo hace!”, dicen, “pero qué pendejo, manejando billones de pesos y no tiene ni pa’l mercado”, porque consideran que esto es una carrera de caballos y que el que va adelante es el vivo, el que vive de los demás. 

Fueron privatizando los derechos


Por ese camino nos fueron privatizando las cosas comunes, nos quitaron el agua, la volvieron una empresa privada; nos quitaron la energía, la volvieron una empresa privada; nos quitaron la universidad, la volvieron una empresa privada; nos quitaron los derechos a la salud, los volvieron un negocio privado; nos quitaron el derecho a la pensión, nos quitaron los derechos que la Constitución del 91 había ordenado, porque consideraban y sabían que un derecho universal, por ejemplo a la salud, solo se puede conseguir de manera colectiva, de manera solidaria, como un viejo que hoy vende ‘BonIce’ en el parque allá de Ibagué, en la plaza principal, podría tener una pensión. Me pregunto yo ¿cómo la viejita que de pronto encontramos en una esquina vendiendo algún tipo de chuchería, tratando de sobrevivir, podría tener una pensión si no es con la ayuda del joven trabajador, si no es con la ayuda de millones de trabajadores, si no es con una caja común que es la del Estado? Qué le pudiera decir a 
ese señor del ‘BonIce’: “Hermano, llegó el tiempo que lo deje, descanse. Mire el mar. Hermano, recuerda al pasado, escriba poesía, mire con afecto, sienta la alegría en el corazón. 

Ese pobre viejo nunca podrá sentir eso, porque a pesar de haber dedicado su vida, quizás a alzar bultos todo el tiempo, quizás a alzar el azadón para sembrar café en estas montañas, al final de los tiempos de su existencia, no tuvo con qué poder vivir en dignidad y tiene que irse a la esquina a vender ‘BonIce’, a ver si le queda para un plato de sopa. Y la sociedad pasa por allí, caminando, y el alcalde pasa y camina y mira y sigue derecho. Y el cura y el periodista y no sale por televisión. Y no hay un experto que le saquen por televisión diciendo oiga, ¿cómo ese pobre viejo que está ahí, que trabajó toda la vida de campesino, puede tener una pensión? Para poder comprar con dignidad, para que volviendo a la casa de sus hijos, entonces sus hijos no lo miren por encima del hombro sino con amor, porque él lleva y es capaz de llevar el mercado también para la casa, que no es un estorbo, como miran a muchos de los viejos hoy, que no es simplemente un candidato a la tumba, que ojalá se muer
a rápido, dicen muchos hoy, porque es un obstáculo, no, porque es un hombre trabajador, una mujer trabajadora que al llegar al ciclo final se merece la pena de ser feliz. 

Para lograr eso, segundo, habría que tener una sociedad solidaria. ¿Pero qué dicen? ¿Qué dicen en la política? No, Petro, ¡no sea estúpido! ¡Populista, comunista!, me dicen, ¡qué bruto ese tipo!. “Es que el modelo eficaz (dicen los expertos en la televisión que no son más sino asalariados de clase media de los fondos privados de pensiones), es poner a cotizar a cada cual en su cuenta individual para obtener la pensión”, pues es lógico lo que va a pasar y lo que está pasando: el que tiene altos salarios y cotiza de su salario para obtener pensión, de pronto la obtiene. ¿Pero y el que no tiene alto salario? ¿Y el que de vez en cuando tiene salario? ¿Y el que está en la calle? ¡Nunca va a obtener pensión!

Nos pusieron en un sistema pensional como una carrera artificial de caballos donde solo el de adelante puede ganar, de acuerdo con su capacidad de pago. Hicieron renunciar entonces a la mayoría de la sociedad colombiana a tener un derecho que ahora nos parece ilusorio, tener una pensión. Es que lo primero está en la corriente política que nos dice que la sociedad humana no es más sino un poco de átomos aislados peleando entre sí. 

La vía solidaria


Existe otra corriente política, otro pensamiento, otra filosofía, que es la que corresponde a la humanidad, que es la que desde el hombre y la mujer de las cavernas existe: El bebé muere si no lo cuidamos, el viejo muere si no lo cuidamos, el débil muere si no lo cuidamos. Nos morimos de hambre la mayoría, si no nos cuidamos juntos, pensaban los hombres de las cavernas. Pues eso mismo nos toca ahora. Es que ese viejo del ‘BonIce’ y esa viejita que murió (yo la vi en una foto en una plaza de mercado tratando de vender y ahí en el día quizás durmió y pasó a la muerte). 

Para que esas personas tengan pensión, para que esos millones de viejos tengan pensión, se necesita ser solidarios. No es por cuenta de cada cual, de acuerdo con su capacidad de pago. Es donde los que más tienen aportan a los que menos tienen, es donde el fuerte aporta al débil, es donde el joven aporta al viejo, es donde la generación actual aporta al futuro o viceversa. Es donde nos juntamos como los hombres de la caverna, tanto para cuidar de las mujeres y del niño. Es donde las mujeres se juntaban, como las mujeres de las cavernas antaño, para que ningún niño se les muriera en el periodo de crecimiento de la primera infancia. 

Así sobrevivió la humanidad y así seguirá sobreviviendo. De ahí la importancia, entonces, no solamente de lo que estamos defendiendo, de volver a pensar en derechos, el derecho a la salud, no que si yo tengo plata me operan y si no tengo plata tengo que esperar a ver quién llega primero: si el especialista o la parca. 

El derecho a la educación. Miren el esfuerzo que me ha tocado hacer durante este año ¡Quién lo creyera! Algún día escribiré de eso, tratando de que mis propios funcionarios, las burocracias que durante todo este siglo han puesto los uribistas, muevan los papeles para que esta educación sea gratuita. Es como si uno solo se pusiera a mover un elefante, a ver si el elefante avanza así, moviendo el estado simplemente para que se vuelva realidad algo, que en la mayoría de las sociedades se presenta. Y es que en la universidad pública un joven puede estudiar sin tener que pagar una matrícula por el derecho de ser un ser humano. Que el hecho de ser un ser humano en Colombia le abra la puerta de la educación hasta la máxima instancia ¡Ni eso es posible! 

Entonces empiezan los técnicos nombrados hace diez, hace quince años, a decir así, cuchicheando para que no se les escuche mucho: “¿Oiga, ese petro si es bruto, cómo se le ocurre que puede ser gratuita la educación superior pública en Colombia?” 

No había ni siquiera una institucionalidad en el Ministerio de Educación para cuidar la universidad pública. Todo era recoger dineros del público, dineros conseguidos todos juntos para que el funcionario pasara un cheque, firmara y se llevara esos dineros como becas a la universidad privada. Nunca ha había habido un esfuerzo por la universidad pública y se sorprendieron. Yo les dije “nos toca hacer en el primer año cincuenta sedes universitarias públicas en toda Colombia”. ¿Y ustedes creen que en el Estado hay funcionarios capaces siquiera de diseñar como arquitectos una sede universitaria? 

Estamos llenos de pueblos sin agua potable. ¿Ustedes creen que en el Ministerio de Vivienda hay gente que pueda diseñar siquiera un acueducto público en Colombia? Todo lo habían vuelto espacios para contratar privados, nunca para hacer las cosas por sí mismos. Todo lo habían envuelto un espacio de negocio para cualquier lado que uno mire. En la administración pública sólo hay negocios de grandes, nunca hay negocio de pequeños, nunca hay derechos, nunca se piensa en la gente, nunca hay solidaridad con el pueblo de Colombia. Pues en eso consiste nuestro cambio y lo que estamos haciendo aquí. 

Depende del pueblo hasta dónde se avanza


He pasado por algunos temas de discusión política y pública. Claro que depende de la fortaleza del pueblo hasta donde se avanza. Si nos van a ganar los que creen que somos caballos brutos (que ningún caballo es bruto), o podemos volver a restablecer los principios de la humanidad, de actuar conjuntamente para solucionar nuestros problemas. 

Ustedes, la economía cooperativa y solidaria son el ejemplo que nosotros queremos desarrollar en toda Colombia. No para ser marginales, no para tener un pequeño banquito por ahí, una pequeña cooperativa por allá en Antioquia y otra por aquí. Yo me acuerdo que había una aquí fuertísima de carácter financiero que se llamaba Cooperamos. Bejarano era el director, me acuerdo que era amigo mío. El hermano de Chucho Bejarano, que fue mi director de tesis, a quien asesinó las FARC en una universidad pública, a Universidad Nacional. 

Bueno, recuerdos amargos, pero el cooperativismo lo queremos en el centro de Colombia, en cada parque principal del pueblo. Queremos asociaciones de tenderos al lado de de cooperativismo financiero, porque el tendero sabe dar crédito en su barrio. Queremos a las mamás de Familias en Acción asociadas libremente para otorgarles crédito subsidiado, para a través del cooperativismo, producir. 

Queremos a los campesinos paperos de Colombia en sus minifundios asociándose para entregarles créditos con tasa de interés subsidiada, para que ellos en forma cooperativa pongan factorías para la industrialización de la papa y no se pudra, como sucede tantas veces o en el terreno o en la carretera, porque sale más caro sacarla que el precio de la venta. Queremos a los del maíz y a los de la leche, queremos a las señoras de las confecciones, queremos a los periodistas asociándose para fundar medios de comunicación cooperativos que no tengan que depender del rico y decir lo que diga el rico, sino que tengan que decir aquello que haya que decir, todo lo que haya que decir en un país como Colombia. 

Queremos solidaridad, queremos cooperativismo, cooperativismo productivo en el campo y en la ciudad. Queremos que esa asociatividad solidaria sea el eje de la economía popular en Colombia, cualquier microempresario. Si le hacen pensar que solito puede, como los cuentos de hadas, es mentiras. Para poder salir hacia adelante tenemos que juntarnos. La juntanza, dicen los indígenas, la minga, en todo el terreno de la vida no hay ninguna opción para que un hombre solo, íngrimamente solo o una mujer íngrimamente sola pueda prosperar. ¿No es cierto? El camino de la absoluta soledad en el ser humano no es más sino el camino de la muerte. Y nosotros somos el camino de la vida, el país de la vida, la potencia mundial de la existencia. 

Y en esa medida este evento, este evento tiene que ser el inicio de un proceso intenso, porque nos quedan segundos en el gobierno. Cada segundo es supremamente valioso. Aquí no se puede pensar en pequeñeces, se tiene que pensar en grande y en audacia. Billones de pesos, no millones, sino billones de pesos tienen que fluir de los circuitos económicos, sean públicos, sean privados, hacia la asociación solidaria, hacia reimpulsar la economía. ¿Quién dijo que el pueblo de Colombia es perezoso? La gran fama del pueblo colombiano es su capacidad de trabajo, su inventiva, que se nos ha ido por los vericuetos de las cosas malas, que se nos ha ido hasta el punto en que nos matamos permanentemente entre nosotros, como una sociedad autodestructiva que se ha perdido, porque el individualismo ha cundido en nuestras venas.

Aislados creemos que somos Superman y resulta que no somos Superman, sino apenas un simple ser en un rebaño que generalmente llevan, como decía en mis discursos, al matadero. Juntos somos poderosos, la juntanza es el poder del pueblo y los recursos públicos que este gobierno nacional maneja tienen que ir hacia esa juntanza, tienen que ir a fortalecer la solidaridad del pueblo colombiano, la organización del pueblo colombiano, para que esto sea irreversible. 

Ya andan soñando por ahí algunos que no, que se le pasa la moda a la gente, que ya no quieren el cambio, que quieren al pasado, que le gusta al pueblo colombiano que fusilen a los jóvenes en las calles, que le gusta al pueblo colombiano que le echen látigo a los jovencitos en los CAI de los barrios, que le gusta el pueblo colombiano que nos matemos entre nosotros mismos, que bombardearemos nosotros mismos nuestras veredas, que fumiguemos los campos, que es que nos gusta que los políticos nos roben la plata, que nos gusta que los grandes desfalcos del Estado se produzcan, que es que nos gusta que 6.402 jóvenes, hijos de la patria, sean fusilados. No señores, nosotros no tenemos que volver a ese pasado de mafiosos en el poder. Nosotros lo que tenemos es que construir una democracia profunda y una democracia es el poder del pueblo. 

Que este gobierno comete errores y no se mueve rápido. Pues claro, porque es que el pueblo tiene que moverse más rápido que el gobierno para que el gobierno pueda colgarse y salir con aire hacia los objetivos que se ha propuesto. El pueblo tiene que correr en este momento de la historia. Nosotros no vamos a chuzar a nadie, no vamos a meter a nadie de la oposición a la cárcel, no los vamos a perseguir. Pero lo que sí exigimos es que haya un pueblo que sea capaz de transformar la historia de Colombia . ¡Que va a venir un gobierno de ultraderecha a borrar todo lo que ha hecho Petro en el gobierno!¡ Mamola! ¡El pueblo no se rinde, carajo! Aquí no llegamos por una moda, aquí llegamos para iniciar una era, una era donde todo y toda colombiana pueda caber en su propio país, El país de la belleza. 

Una era de paz y una era de conocimiento, una era de poder popular, de un pueblo que indudablemente con poder puede llegar a toda las fronteras del saber humano, a toda la capacidad que el ser humano pueda desarrollar en este, El país de la belleza. Así que les agradezco a todas y todos su presencia en este evento. Espero de los funcionarios encargados del tema de la economía solidaria, una reunión pronta para impulsar la economía solidaria en el país. Espero que Colombia toda se convierta en la gran juntanza de Colombia, que sepamos juntarnos porque juntos derrotaremos la corrupción, porque juntos derrotaremos la violencia, porque juntos derrotaremos la pobreza. 

¡Que viva Colombia potencia mundial de la vida!

Fin/pvc