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Discurso

Palabras del Presidente Gustavo Petro en el acto simbólico de radicación del Proyecto de Ley de Cambio Hacia una Salud para la Vida

Foto: Nelson Cárdenas - Presidencia

Presidente Gustavo Petro, durante el acto simbólico en Plaza de Armas de la Casa de Nariño

Bogotá, 13 de febrero de 2023.

Señores presidentes, gerentes, directivos, médicas, médicos, enfermeras, enfermeros, auxiliares, representantes y colaboradores del grupo sectorial salud hoy presentes aquí y que nos ven, nos escuchan en este momento en cualquier lugar de la Nación.

Mi esposa y Primera Dama de la Nación, Verónica Alcocer; Vicepresidenta de la República de Colombia, Francia Márquez Mina; Presidente del Congreso de la República, Roy Leonardo Barreras Montealegre; Presidente de la Cámara de Representantes, David Ricardo Racero Mayorca; Ministra de Salud y Protección Social, Diana Carolina Corcho Mejía, y su mamá, Luz Amparo.

Ministras, Ministros y funcionarios del Gobierno Nacional, Jefe de Misiones Diplomáticas y Organismos Internacionales acreditados en Colombia, representantes gremiales y de las asociaciones sindicales que nos acompañan, gobernadores y alcaldes que nos acompañan, medios de comunicación presentes y, en general, a todas las familias del territorio nacional.

Hemos llegado a otro momento clave de este Gobierno, después de la reforma tributaria debatida a finales del año pasado y que demostró, por una parte, a pesar de las críticas que era posible tener un régimen de tributación y de impuestos más justos; justicia que tiene que con los que más tienen más pagan, y que los recursos de esos ingresos se gastan en los que menos tienen, tratando de incluirlos, tratando de garantizar derechos universales.

Después de ese episodio de debate democrático que se presentó en el país y en el Congreso de la República hoy entramos a las reformas sociales sustanciales.

Se podrían dedicar largas horas a la explicación pormenorizada y técnica de cada proyecto de los que van a ser presentados en el Congreso de Colombia, pero a veces el objetivo es más simple de lo que se piensa.

Indudablemente hay que estudiarlos, hay que profundizarlos, hay que ponerlos en el debate público, como ya vienen siendo.

Que unos y otras opinen, que las regiones opinen, que los sectores de la sociedad, tal como viven en Colombia, puedan opinar sobre este tipo de reformas, dado que se trata de reformas universales, es decir, que son para todas y para todos, que no queda nadie excluido del impacto que esperamos sea positivo de cada reforma que vamos a presentar.

Son leyes que tienen que ver con la vida cotidiana, con el diario vivir, que este Gobierno quiere y desea sea para mejorarlo. Mejorar el diario vivir de una colombiana o de un colombiano.

Pero eso se puede sintetizar en pocas frases. Si lo que queremos es que una pensión le llegue a cualquier viejo y a cualquier vieja en cualquier lugar del territorio de Colombia. Eso es lo que queremos.

Lo que queremos es que cuando alguien vaya a pedir un puesto, fundamentalmente una mujer, no le digan que es solo para tres meses, si es que lo consigue. Que cada dos meses tiene que hacer pleitesías y quedar vulnerable, incluso, ante el acoso laboral o sexual de una sociedad aún patriarcal, que ve en el trabajador y en la trabajadora un objeto de uso, una cosa, como antaño pensaban los esclavistas del esclavo.

Lo que queremos es que ese contrato de trabajo pueda ser indefinido, pueda permitirle dignidad laboral a la trabajadora.

Lo que queremos es que un médico pueda ir a cualquier lugar del territorio nacional y atender a cualquier persona. Que el territorio se pueda organizar de tal manera que sus gentes, sus habitantes puedan ser atendidos de manera permanente por equipos de salud profesionales. Lo que queremos es que una médica pueda ir a atender en la casa de una familia campesina por muy alejada que esté.

Lo que queremos es que una mujer embarazada pueda ser digna del tratamiento y del cuidado médico y que no muera, como está sucediendo en la actualidad, simplemente porque no hubo nadie que le pudiera tomar la tensión, porque no hubo nadie que la pudiera cuidar en el momento en que era posible la vida de ella y de su hijo.

Lo que queremos, en el fondo, es que un plato de sopa llegue a la mesa de cada colombiano o colombiana, pero no solamente medido en cosas.

Estas reformas, al final, lo que traen y concretan es una sociedad diferente, una sociedad más democrática, una sociedad que sea de derechos universales como lo piensa la Constitución Nacional y no de exclusiones como la realidad nos ha hecho vivir, incluso sobre la base de la ruptura de la Constitución.

No por nada millones de tutelas se han puesto contra el sistema de salud para garantizar el derecho a la vida.

Que eso de los derechos universales, que aquí van a empezar a ser discutidos, sean la forma de la salud, sean la forma de la pensión, sean la forma del contrato laboral, sean la forma de los servicios públicos.

Salir del neoliberalismo

El derecho universal garantizado es un modelo muy diferente a lo que hemos vivido como sociedad colombiana en las últimas décadas. Porque, permítanme decirlo, estos proyectos de ley que van a ser discutidos. lo que le proponen a la sociedad colombiana es salir del neoliberalismo.

Y quiero ser bien claro en esto. ¿Qué significa esa palabreja, Petro, que se inventan por ahí los izquierdistas sin saber de qué se trata? El neoliberalismo es una ideología que ha dominado el mundo desde hace más o menos 40 años, y nuestro país no es la excepción. Es el pensamiento dominante en los círculos de poder del orbe mismo. Nació muchos años atrás, pero se hizo poder desde los años (19)90.

¿Qué propone estas tesis a la humanidad? Le proponen un teorema, un fundamento, que si el mercado actúa libremente, los derechos serán garantizados porque se puede maximizar el bienestar de la sociedad.

Ya explicaremos las matemáticas de este teorema, solo su frase, su idea central de que el mercado si actúa libremente, es decir, si los negocios pululan alrededor de los espacios de los derechos entonces los derechos se garantizarán.

Por eso en el año (19)93 se hicieron muchas reformas, un momento muy parecido a este. Se presentaron proyectos casi que de continuo en el Congreso de la República del entonces, que era el primero que se reunía después que la Asamblea Nacional Constituyente había expedido la Constitución Nacional.

Se presentó la Ley 100 sobre pensiones y sobre salud, buscando que un mercado fuese constituido con la creencia de que los negocios podían permitir que entonces toda Colombia, todo viejo, toda vieja, pudiera tener una pensión.

 

 

 

También la Ley 100 le dijo a cada colombiano, a cada colombiana, que si se constituía un negocio en la salud, que si los hospitales públicos competían, que si las entidades privadas hacedoras y conseguidoras de los dineros públicos, se dedicaban a una competencia, entonces todo ciudadano, toda ciudadana tendría garantizado su derecho a la salud.

Hoy podemos hacer una evaluación.

La salud, precisamente, en virtud de esto que llamábamos el neoliberalismo, no cumplió con su cometido de hacerla un derecho universal. Ni las pensiones, hoy tres millones de viejos y viejas colombianas no tienen ni un plato de sopa para llevar a su rincón, a su cuarto solitario, a veces al pedazo de esquina donde le toca vivir.

Hoy no hay un derecho universal a la vida, hoy el país quedó fragmentado entre lugares que sí tienen una buena pensión y no se desconocen, y lugares que no tienen ninguna; entre personas que pueden tener la oportunidad de la pensión máxima y personas que no tienen ninguna.

Y por tanto no hay derecho universal y en la medida en que no tengamos derechos universales para toda la sociedad colombiana garantizados, pues no tendremos unidad nacional, tendremos sociedades fragmentadas luchando unas contra las otras, quizás, eh allí la base de nuestra eterna violencia.

Bien lo decían aquí, si hay un derecho universal en la salud es posible la Paz Total, si hay un derecho universal al saber y a la educación es posible la Paz Total, si hay unos derechos garantizados, simplemente porque somos seres humanos, es posible la Paz Total, y Colombia se puede constituir en una potencia mundial de la vida, porque somos el país de las bellezas.

Un país en paz, tarea que le corresponde ahora al Congreso de la República dictaminar.

El debate se enciende, ya venía y está bien que se abra en todos los poros de la sociedad colombiana, el gran debate sobre la salud.

El Centro de Atención Primaria

Si nosotros proponemos, como consecuencia de lo que la humanidad sufrió, a través del Covid-19, como la principal lección que ese tipo de virus le dejó como una impronta a la historia humana, queremos fortalecer un modelo de atención primaria y preventiva.

Por eso se crea una institución —ya venía— pero silenciosa, que quizás se volverá muy famosa en el diario vivir de los colombianos: el Centro de Atención Primaria.

El Centro de Atención Primaria no es una casa, una simple instalación donde unas personas atienden. Es un territorio de aproximadamente 20.000 personas en general, habrá una labor de planificación paulatina, en este tránsito para que todo el territorio nacional quede cubierto, a través de estos territorios de salud, y nadie en Colombia quedé por fuera de ninguno de estos territorios.

Territorios que tendrán un centro, en el Centro de Atención Primaria, pero que la labor principal consistirá en qué una fuerza de la salud profesional, pueda atender de manera permanente, diaria, cotidiana en sus casas, a las familias de ese territorio de la salud.

El territorio de la salud estará en Chapinero, también estará en Usme, también en Bosa y Ciudad Bolívar, pero el territorio de la salud también estar allá, en Acandí, en Capurganá, en donde desemboca el río San Juan, en donde tenemos el río Mataje y las comunidades indígenas.

En los páramos con campesinos, como aquí en el sur, en el Sumapaz, estará allá en el desierto de La Guajira. El territorio de salud estará en nuestra altillanura, estarán los lugares donde la gente tiene capacidad de pago, pero también estará ofreciendo el mismo servicio, en donde la gente hoy no tiene con qué comer.

Esos territorios de la salud bañarán todo el territorio colombiano y se llenará entonces, de una fuerza de la salud blanca las calles, las veredas, los rincones de Colombia golpeando la puerta para que les abran, para que puedan ver la enfermedad escondida.

Para que el niño pueda ser atendido si tiene anemia o desnutrición, para que la señora embarazada no muera simplemente porque no le midieron la tensión.

Y ahí comenzará, yo me afiliaré en mi territorio, y cada uno de ustedes, toda la población colombiana quedará empadronada en esa fuerza de la salud territorial, en esos Centros de Atención Primaria,

Se podrá ir ahí, a ser atendido por los médicos y médicas y enfermeras, del lugar irán a tu casa para que seas atendido.

Cuando se descubra la enfermedad ahí sí, entraremos entonces al segundo nivel, a lo que llaman los técnicos la referencia y la contrarreferencia, a una red de hospitales y clínicas público-privadas de consultorios, que estén en el territorio mismo.

Allí los funcionarios del CAP remitirán en caso de enfermedad para la atención integral hasta donde nuestra ciencia alcance.

No habrá una intermediación del recurso público. Para eso, recogiendo una institución ya existente —la ADRES— allí llegarán todos los recursos de la salud y cuando un hospital o una clínica facturen, por la atención que le han dado a uno a una paciente, esa factura se remitirá directamente a la ADRES, para que esta compare con un sistema tarifario a nivel nacional que se va a crear. Y si está correcta gire directamente los recursos al hospital, a la clínica, al consultorio.

Y claro, dirán, y entonces las EPS que estaban haciendo esa labor, cogiendo el dinero y tramitándolo, dinero público tramitado en manos privadas, con un criterio de selección, que nos pareció que no funcionaba bien en Colombia, porque había una tendencia —yo diría un tanto perversa creada por el mercado mismo— que era llevar el paciente sin haber tenido una atención primaria.

Es decir, sin haber existido en Colombia un procedimiento, una fuerza, una institucionalidad, una cultura que tratase de evitar la aparición de la enfermedad.

Volver a ese paciente un cliente, un actor del mercado, y llevar a ese cliente a una institución hospitalaria que muchas veces era propiedad del propietario de la EPS.

Y por allí, entonces, dependiendo o una sobrefacturación para que esa propiedad del propietario se volviera más grande, o una subfacturación que terminaba quebrando el hospital, quebrando la clínica, cerrando el consultorio.

No había control allí. Ingentes recursos de la salud en años pasados se fueron esfumando entre anécdotas y escándalos que los medios de comunicación publicaban. Hoy no tendremos eso, si este proyecto de la salud se vuelve ley.

Habrá un agenciamiento privado, sí, se permite pueden haber CAP privados, pero planificados dentro del ordenamiento territorial de la salud. Indudablemente habrá clínicas y consultorios privados, no vamos a cerrar ni una.

Lo que vamos es a fortalecerlas, como se va a fortalecer el hospital público y la fuerza laboral que allí trabaja, que al final un hospital no son unos ladrillos o un computador. Un hospital es una fuerza humana, que queremos que salga a la casa de la ciudadanía.

Habrá ese tipo de agenciamientos, pero el dinero público se manejará por lo público.

ADRES: fondo público de recursos

Estos serán los criterios fundamentales de esta reforma, una atención primaria, preventiva, predictiva que cubre a toda la sociedad como un derecho fundamental, como un derecho universal, tratando de evitar la enfermedad.

Un fuerte fondo público de recursos, que se llamará el ADRES y que tendrá la función de pagar directamente a unas redes hospitalarias y de clínicas público-privadas, que se organizarán, también, regionalmente para que el territorio de salud tenga eficiencia en remitir a sus pacientes.

No habrá más clientes, no habrá más clientes en la salud pública de Colombia.

Las personas serán personas, no es neoliberal el proyecto, entonces discutían por ahí en redes. Metí la cucharada, porque me gusta de vez en cuando meter la cucharada en esas redes.

Que cómo iban a decir que la salud dejaba de ser una mercancía y que pasaba a ser un derecho como dice la consigna central de este programa, pues sí.

Y decían: que las medicinas se venden, son mercancías.  La salud en todo el mundo está llena de mercancías y es cierto. La prueba fue que para poder paliar el covid hubo que comprar mercancías, volvieron las vacunas mercancías.

Y algo que era un derecho humano a poder vivir en cualquier lugar del mundo, luchando contra ese covid hubo que pagarlo y países que no pudieron, países que no tuvieron vacunas.

Colombia vivió algo así esa experiencia y eso es un debate mundial, porque la propuesta que nosotros estamos haciendo como Gobierno en la Organización Mundial de Comercio y en la organización Mundial de la Salud es que las vacunas no pueden ser mercancías, cuando una pandemia asalta la humanidad.

Claro que sí existe esa realidad en el mundo, pero lo que estamos haciendo aquí no es negar que haya mercancías en la salud, que haya utilidades, que un médico pueda tener un buen ingreso o una médica o una enfermera jefe o una enfermera, no.

No estamos negando el que una clínica, a través del saber de sus integrantes pueda irse constituyendo en uno los grandes centros, incluso de la salud mundial. Nada de eso estamos impidiendo.

Lo que no queremos es que la salud misma se organice como un mercado, como si fuese una plaza de mercado en donde los seres humanos, entonces, están conducidos a ser compradores y clientes, no.

El sistema de salud que surge de esta ley, es un sistema planificado con una fuerte presencia estatal, sí señores, pero mixto porque permite la presencia privada, indudablemente, pero pasa por una planificación que tiene un objetivo central que no es la utilidad y la codicia, que es el derecho a vivir del ser humano, que es diferente.

Esa es la gran diferencia y por eso rompemos una fase de la manera como se han gerenciado las cosas en Colombia, que nos han llevado a la exclusión, a la desigualdad y a la violencia por un agenciamiento diferente, en donde el derecho universal sea lo importante, porque creemos y es nuestra apuesta y es el debate que queremos, generar que ese derecho universal garantizado sea en la salud, sea en la educación, sea en lo laboral. Esa es la base real de la Paz Total en Colombia.

Ahora entregamos el proyecto de ley, que será uno de los pilares para transformar a Colombia en una potencia de la vida.

Presidentes del Congreso tienen ustedes ahora la palabra, el espacio, el debate que seguro será intenso, pero sepan que en sus manos queda en primera responsabilidad el que este proyecto, el proyecto de la salud, es el proyecto que hace de Colombia un reino de la vida.

Así que señora Ministra le hago entrega del proyecto de ley de la reforma a la salud para que sea radicado en el Congreso de la República.

Gracias.

(Fin/mgg/gb/epr/dlg/mha)